Crítica de "The End of the Tour" Absorbente y reflexiva - Fan De Historias
13/4/16



Cualquiera que haya visto Medianoche en París recordará esta frase de Ernest Hemingway tras ver este largometraje:

–Odio tu obra.
   ­–Pero no la has leído.
   –No importa. Si no me gusta, la odiaré por perder el tiempo; si me gusta, porque yo no la he escrito."

¿Dónde están el drama y las risas en ver a dos escritores conversando? Para una respuesta fascinante, recomiendo ver The End of the Tour. En 1996, el reportero de Rolling Stone David Lipsky entrevistó en el transcurso de cinco días al celebrado novelista Dave Foster Wallace, tras el éxito de su obra maestra La broma infinita. La cinta está basada en las memorias de Lipsky en Although of Course You End Up Becoming Yourself de 2010, dos años después del suicidio de Wallace.



Todo y nada sucede en esta cinta. El director James Ponsoldt, de la encantadora The Spectacular Now, trabaja junto al guionista Donald Marguiles para retratar a Wallace en la cumbre de su éxito. En su momento se convirtió en una especie de estrella de rock literaria, hecho que le fascinaba a la vez que le aterrorizaba. Wallace era un enamorado de la cultura popular que sufría de adicción a la televisión, así como socialmente desadaptado de a ratos, que batalló a lo largo de su vida con la depresión.

The End of the Tour es una road movie estimulante para el cerebro, una celebración de la singular personalidad de Wallace y la danza de ingenios entre un buen y un gran escritor.

Jesse Eisenberg hace de Lipsky como un astuto, talentoso y escritor que busca que le asignen la entrevista con Wallace no solo porque lo admira, sino porque también lo envidia. "Él quiere algo más, yo quiero exactamente lo que él ya tiene."



 En la mayor parte de los cinco días del viaje, Lipsky mantiene su grabadora encendida, toma notas, y busca abrirse camino hacia la mente de Wallace. Lipsky, con expresiones de soberbia, busca en él respuestas que denoten grandeza y eventualmente se decepciona.

Entonces vemos a Lipsky y Wallace viajando por auto, bus o avión tratando de callar al otro, o tocarle un nervio, o formar lazos. En momentos solo discuten sobre cultura popular, pero Lipsky busca sacarle información a Wallace sobre todo tipo de temas, y luego de forma no muy gentil lo presiona para que hable de momentos oscuros de su vida.

Wallace nunca baja la guardia ante los trucos de Lipsky para obtener información, pero tampoco es inmune a los comentarios.



Leyendo esto, probablemente creas que te he contado toda la película. No es así. Aún conociendo el destino final de Wallace, lo grandioso reside en los diálogos que nos absorben, nos entretienen, nos hacen sonreír y reflexionar acerca del arte, las diferentes perspectivas y la vida misma. Marguiles merece una nominación al Oscar.

Pero es Segel la estrella aquí, como nunca lo has visto o siquiera imaginado. Dulce, considerado y amigable, pero a la vez extraño y depresivo, y con una perspicaz opinión sobre el Internet. Un hombre que prefiere tener dos perros a una novia "porque no sientes que le estas hiriendo los sentimientos todo el tiempo

“La tecnología va a mejorar y se va a volver cada vez más fácil y conveniente estar solo, con imágenes en la pantalla de gente que no nos ama y solo quiere nuestro dinero. Y está bien, en porciones controladas. Pero si es el elemento esencial de tu dieta vas a morir. De una forma bastante significativa, vas a morir.”

En la última escena Ponsoldt nos da algo de Wallace que difiere totalmente de sus palabras:


Y nos saca una sonrisa. Es la mejor película que aparentemente nadie vio en el año, no la dejes pasar.


The End of the Tour obtiene un 5/5.





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